12/11/2013 18:36 // Rasmus Lund-Hansen
En mi primera partida me cojo a Jim Raynor. Es un héroe veterano y fácil de controlar, cuyas habilidades especiales incluyen un ataque que inflige daño adicional y noquea al enemigo empujándole, aparte de un ‘buff’ para los compañeros de equipo que se peguen a él (cuantos más haya en el área de actuación de este efecto, mayor será el bonus). Su habilidad definitiva que sólo se libera al alcanzar cierto nivel envía la nave de Raynor, Hyperion, sobre el mapa, disparando contra todo enemigo que encuentre en su camino.
Pero permitir que todos los jugadores de un mismo equipo compartan un nivel sirve para dos cosas. En primer lugar, hace que sea más fácil contribuir en el equipo incluso si eres un jugador más flojo. En segundo lugar, la experiencia se abre a un espectro más amplio de personajes. Coge por ejemplo a Abathur, el Zerg maniático del ADN de Starcraft II: Heart of the Swarm. No es demasiado útil en combate directo; es capaz de menear los brazos, pero de poco sirve. Sin embargo, posee un amplio rango fe habilidades que refuerzan a sus compañeros de equipo. Abathur puede «infestar» a sus camaradas, dando un viajecito en sus cuerpos mientras emplea sus habilidades e impulsos. También presenta una gran movilidad, y es capaz de saltar de un extremo al otro del mapa en un instante con su habilidad de excavar a toda velocidad.
Desde luego esta es una situación muy distinta. El vídeo presentado en el E3 hablaba de préstamo y aquí se menciona sólo la venta, pero es que en el evento para la prensa del E3 se dijo justo lo contrario a lo que anuncia este cambio en las condiciones de uso de PS4 (y de paso, también para la PS3).
La cosa no se pone más fácil por el hecho de que gran parte de las mecánicas centrales están en conflicto total con tus instintos. En ocasiones -bastantes- es malo cargarse a los enemigos. A veces, dependiendo del juego que estés jugando, debes incluso atacar a tus propias unidades. A esto se suma una comunidad que tradicionalmente es muy, muy dura con los novatos, pues un jugador que sea un poco malo en tu equipo (o simplemente que no esté a la altura de los demás) significa una derrota asegurada.
Bueno, parece que la situación está bastante clara, ¿no? Lo que sucede es que para los usuarios prestarse juegos o comprarlos y venderlos son una misma cosa y para Sony, por lo que se va sabiendo, no. Acaba de conocerse, gracias a uno de esos usuarios que no deja de fijarse en los pequeños detalles, que Sony ha modificado las condiciones de uso para Playstation 3 y PS4. Ahora dice lo siguiente: “No podrás revender ni el software basado en disco ni las descargas, a no ser que cuentes con nuestra autorización expresa y, si es un juego publicado por otra compañía, adicionalmente por esa compañía”.