El resultado de la comparación de precios es claro: la brecha es muy significativa si se utiliza el tipo de cambio paralelo en lugar de comprar los pesos argentinos en el Banco República (BROU) antes de viajar. Esto implica que el turista lleve consigo dólares para vendérselos a los «arbolitos» (cambistas ilegales) de la calle Florida. Allí el dólar «blue» se puede vender a 10 pesos argentinos, mucho más caro que su valor oficial de 5,88 pesos argentinos.
El hecho de que en Internet la comparación de marcas está a golpe de un clic es una de las razones fundamentales por la que en el medio digital las marcas tienen que trabajar en dos direcciones: por un lado, seguir ofreciendo productos con descuento, y, por otro, defender price premium de la marca a través de un espacio único y especialmente dedicado para incrementar el valor económico y aspiracional de la marca. Un touch point digital donde la marca pueda demostrar todo su dinamismo, creatividad, innovación y valores, y donde el usuario pueda informarse, descubrir, interactuar, sentir emociones y tomar una decisión.
La cotización del dólar blue se mantuvo por encima de los $ 10 para la venta en Argentina en las escasas operaciones que se reportaron el viernes, cuando se cumple el segundo aniversario del cepo cambiario. Los agentes esperan que el gobierno anuncie más medidas.
La canasta de El País revela que todos los productos resultan más baratos en Argentina si se considera el tipo de cambio paralelo, con diferencias de 5,3% hasta 82,7%. Y, si se emplea el cambio oficial (comprando en el BROU), el ahorro supera el 25% en 19 precios y solo conviene comprar cuatro de los 29 bienes y servicios en Montevideo: el taxi del centro de la ciudad a un shopping, los alfajores, el body para bebé y la televisión LED de 32 pulgadas.
Para activar el e-commerce como una nueva fuente de ingresos además hay que plantearse qué roles puede jugar dentro de nuestra marca. ¿Podría usarse como una plataforma de venta directa o venta indirecta? ¿Podría ser un canal que ofrezca nuevos servicios posventa o accesorios extra? ¿Sería un medio interesante para generar valor mediante pujas? ¿Podría funcionar, incluso, como un espacio donde el consumidor sea el emprendedor y el embajador de nuestra marca?
Los operadores advierten que, como el mercado perdió profundidad (al retirarse algunos de los habituales oferentes, replegarse los denominados «arbolitos» y mantenerse sostenida la demanda) se está generando una especie de «olla de presión».