Hace dos años corrió por internet el vídeo de una niña de apenas un año de edad que se manejaba correctamente con un iPad… pero se atascaba con una revista. Se podía ver cómo intentaba, sin éxito, pasar las páginas deslizando el dedo por las imágenes, su frustración al tratar de ampliar la cara de un personaje con los dedos y que si pinchaba en alguno de los objetos no ocurría nada. La inmersión en las nuevas tecnologías es cada vez más prematura, y los videojuegos tienen buena parte de la culpa.
3. Análisis. Los pilotos no se entrenan en simuladores por capricho. Los juegos en tiempo real ayudan a ganar capacidad de reacción y a analizar información de forma más rápida y concisa.
«Bienvenido, señor primer ministro. En nombre de sus asesores quiero que sepa que vamos a ocuparnos de que su estancia en el número 10 de Downing Street sea lo más agradable posible. Perdón, recibo una llamada… Uno de los mayores bancos de Inglaterra ha entrado en bancarrota. ¿Qué hacemos?». El jugador deberá elegir en un primer momento si rescata al banco de forma pública, si le inyecta dinero de manera encubierta o si lo deja a su suerte. A partir de ahí se abre un gran abanico de decisiones que podrá dar pie a más de 300 escenarios posibles. Los pasos que da el jugador afectan a los datos macroeconómicos del país, a la bolsa, a la cotización de la libra esterlina, a la prima de riesgo… También debe lidiar con la opinión pública, afrontar imprevistos o incluso actuar frente a crisis de Gobierno.
Nos enseñan cómo usar el catalejo, con su asombrosa habilidad de mostrar la lista de embarque de cualquier nave que pase por su lente. Pronto aprendes a diferenciar los diseños de barcos (fragata, buque de guerra) a ojo, pero lo que transportan es un misterio sin este instrumento. Aparte de madera, cañones y demás, también enumera el nivel de dicho navío; una sola cifra que dice si será una batalla fácil o un complicado intercambio de cañonazos.
Uno de los primeros atractivos a la hora de hacernos con el juego es descubrir que lo que nos espera dentro va a ser una historia totalmente nueva y que deberemos considerar como independiente dentro de la trama principal por las licencias que se permite. La aventura nos sitúa en el momento en que la tripulación del Going Merry al completo se prepara para explorar el Nuevo Mundo mientras repelen un ataque más de la Marina.
Pero ha pasado un mes y ahora estamos sentados tranquilamente con un mando de PS4 entre manos. En este caso, el único límite impuesto es el tiempo: el ‘slot’ de dos horas que nos han designado con el juego. Quitando eso, podemos navegar libremente por alta mar, hacia cualquier frontera que nos venga en gana.